En la Ántartida hace tanto frío que casi ninguna planta puede vivir allí.Pero en algunas regiones del Ártico la temperatura es más suave, lo que permite a algunas robustas flores y hojas ofrecernos un brillante espectáculo veraniego.
Una alfombra de pasto, musgo y líquenes cubre la tundra en verano. Estas plantas crecen cerca del suelo, evitando los vientos que soplan por encima de ellas.