Debajo de los hielos eternos de nuestro planeta, que abarcan un cuarto de su superficie, se esconde un nuevo peligro que, según alarman expertos en climatología, podría desembocar en una mayor aceleración del cambio climático. En zonas de suelos que hace miles de años están pemanentemente congelados, como los de Siberia, Alaska y Canadá, se está produciendo un deshielo acelerado que podría traer, a largo plazo, consecuencias dramáticas para el clima.